(Langone, 1988:1).Langone añade después:
“Dado
que la capacidad para explotar a otros seres humanos es universal, cualquier grupo puede llegar a convertirse en una secta.
Sin embargo, la mayoría de las organizaciones institucionalizadas y socialmente aceptadas, tienen mecanismos de auto-regulación
que restringen el desarrollo de grupúsculos sectarios” (Langone, ibíd.).
Hassan combina elementos empíricos, que provienen de su pasada vivencia en la secta Moon, su
amplia experiencia en tratar pacientes provenientes de movimientos religiosos extremistas, y criterios de las ciencias sociales
y la psicología clínica para definir como secta destructiva a cualquier grupo (religioso o no) que utilice técnicas de control
psicológico para suprimir la personalidad e inhibir el juicio crítico y la libertad de decisión. Establece cuatro criterios
para detectar la manipulación mental.
1) Control
de la conducta.
2) Control de la información
(tanto de aquella que las personas tienen derecho a saber antes de ingresar a un grupo, como de información “del exterior”.
3) Control de las ideas.
4) Control de las emociones (Hassan 1997:2).
vi.
aportaciones de la psicología clínica
Por su parte, la Dra. Margaret Singer, psicóloga clínica y profesora emérita de la Universidad de California en
Berkley, nos ofrece una definición bastante similar a la de Langone. La misma se basa también en el comportamiento,
no en las creencias de un grupo. En su obra clásica, analiza seis puntos bastante sofisticados para definir las técnicas
de persuasión psicofisiológica que utilizan las sectas (Ofshe y Singer, 1986).
Una aportación nueva y valiosa de la Dra. Singer es que la secta en sí es constituida básicamente
por la estructura jerárquica y de poder de la organización, no necesariamente por los adeptos o miembros regulares en
sí.
vii.
definiciones de la ciencia médica
El Dr. Robert Lifton, eminente psiquiatra y sociólogo, definió en su obra La reforma del pensamiento
y la psicología del totalitarismo ocho criterios para detectar los legendarios lavados de cerebro que inmortalizaron
algunos filmes de guerra. Su investigación inicial se basa en las técnicas utilizadas sobre los presos políticos durante el
régimen dictatorial de Mao, en China, para convertirlos bajo coerción a la ideología comunista (Lifton, 1989).
Actualmente, muchos médicos, psicólogos clínicos y sociólogos, toman estos criterios como referencia
para identificar si un grupo religioso o de otra índole, instrumenta medidas coercitivas para manipular la conducta de sus
adeptos a través de una estrategia graduada de “reforma de pensamiento”. La utilización de estas técnicas de coerción
psicológica constituye para muchos especialistas, hoy en día, el criterio clave para llamar secta a una determinada
agrupación. Secta, esto es, desde la perspectiva de la sociología médica.
los
ocho criterios de lifton
A continuación se enumeran, resumen y ejemplifican los criterios del Dr. Lifton, aplicados al ámbito de las agrupaciones
religiosas:
1. Control de la atmósfera social y de la comunicación humana. Esto implica coartar la comunicación entre los seres humanos a los que se desea controlar. Incluye obstaculizar la comunicación del individuo consigo mismo (por ejemplo, al evitar
que éste cuente con tiempo libre para la reflexión personal).
2. Manipulación mística. Se construyen premeditada-mente atmósferas “espirituales” que parecen espontáneas, pero que en realidad son artificiales
y están planeadas y estudiadas para producir un efecto. La gente interpreta este efecto como una “experiencia
espiritual”, al ignorar que fue una situación prefabricada.
3. Redefinir el lenguaje.
Controlar las palabras sirve para controlar las ideas de las personas. Se adoctrina con conceptos simplistas. Por ejemplo,
clichés que tienden a desalentar más que alentar el uso de la razón. (V.g. “nadie puede utilizar su razón
para alcanzar la iluminación”; “Sólo los elegidos pueden entender lo que sucede al interior de nuestra agrupación”).
4. La doctrina es más importante que la persona. No importa lo que un ser humano esté experimentando
en la realidad, la creencia en el dogma es lo más
importante. La creencia del grupo rebasa la conciencia individual y la integridad, en cuanto a comprobar resultados.
Un ejemplo se da cuando algún grupo proclama que Dios ha realizado milagros de sanidad, pero se niega a hacer las verificaciones
científicas pertinentes. Puede ser, incluso, que una persona esté gravemente enferma y se asegure que no importa lo que
se vea, ya está sana. Es más importante sostener el dogma que el bienestar de las personas y atender a lo que indica
la realidad.
5. La ciencia sagrada.
Doctrina con el absoluto científico y moral. El dogma es incuestionable.
6. El culto a la confesión.
Manipulación de la confesión pública para romper los límites personales.
Restricciones o prohibiciones a la privacía personal. Por ejemplo, la confesión de faltas o problemas tiene usos y limitaciones
bien definidas tanto en el ámbito terapéutico como en el eclesiástico. En este caso, se abusa de su uso para denigrar
y controlar a las personas a través de la información obtenida. Se intenta borrar la individualidad para controlar a las personas
en masa.
7. Demandas de pureza inalcanzables. Estándar inalcanzable de perfección para crear culpabilidad y vergüenza en los adeptos. La
gente es castigada y enseñada a autocastigarse por no llegar a un ideal que de inicio es imposible alcanzar.
8. La dispensación de la existencia. El grupo decide quién tiene derecho a existir y quién no. No hay ninguna alternativa legítima, sino sólo el pertenecer
a esa organización en particular. En regímenes gubernamentales totalitarios, esta idea es lo que “justifica” la
ejecución de disidentes políticos.
Los anteriores mecanismos de manipulación
tienen efectos bien estudiados, tanto psicológicos
como en la bioquímica cerebral, para crear estados de inhibición del razonamiento y alta sugestibilidad para controlar la
conducta de individuos y comunidades.
Robert
Jay Lifton, probablemente el especialista más importante en manipulación y grupos totalitarios hoy en día, ha confirmado la
validez de su modelo de “reforma del pensamiento” para estudiar grupos religiosos. En 1999, publicó un amplio
análisis sobre la secta japonesa La Verdad Suprema, un libro científico rigurosamente investigado sobre sectarismos radicales
y sus peligros para un mundo globalizado. De acuerdo con sus conclusiones, lo que llama guruísmo —el endiosamiento
explícito o implícito de un líder religioso— es una constante, además del autoritarismo y los ocho criterios ya descritos,
en movimientos sectarios contemporáneos extremistas y violentos. El libro del profesor Lifton, Destroying the World to
Save it: Aum Shinrikyo, Apocaliptic Violence, and the New Global Terrorism, se plantea una definición equivalente a secta
destructiva basada en esos parámetros. Así, se clasifica como cult a cualquier agrupación religiosa:
a) Cuyo líder esté en un estado práctico de “endiosamiento”.
b) Que practique los ocho criterios de reforma del pensamiento.
c) Que explote a sus seguidores.
segunda edición revisada y expandida
por Jorge Erdely
El
contenido y ortodoxia doctrinal quedan al margen como criterios valorativos según estos parámetros.